Todo comenzó por una idea que me rondaba la cabeza hacía tiempo, cuando trabajaba me venía un pequeña descarga eléctrica similar a un calambre, que me adentraba a un mundo lleno de historias que ver y de aventuras que contar. Pero cuando empezaba a palpar ese mundo de sensaciones, el teléfono sonaba y volvía a llevarme a mi pequeña mesa de despacho y a la torre inmensa de papeles que me custodiaban.
Al llegar a casa, mi adorable gatita venía a recibirme como todo los días, con la intención de conseguir algunos mimos y como siempre, esperaba que se tumbara a dormir debido al agotamiento de haber estado una mañana buscando escondites nuevos por toda la casa. Pero esta vez me equivocaba, aquel día su mirada desafiante de felino se fijaba con la mía, me observaba, como si de alguna forma que los humanos no entendemos pudiera leerme la mente y de nuevo, empecé a notar ese calambre que me volvía a llevar a ese mundo que tantas ganas tenía de conocer, pero cuando ya estaba empezando a dar forma a esa pequeña idea, que cada vez se hacía más grande en mi cabeza, el estómago empezó a reclamar mi atención ya que eran las 15:30 h y aún no había empezado a preparar la comida.
A la caída de la tarde me senté en el sofá a mirar mi nueva adquisición, unas magníficos botines peep toe al tobillo de tiras en color crema, perfectos para celebrar al día siguiente el cumpleaños del novio de mi madre.
Al llegar a casa, mi adorable gatita venía a recibirme como todo los días, con la intención de conseguir algunos mimos y como siempre, esperaba que se tumbara a dormir debido al agotamiento de haber estado una mañana buscando escondites nuevos por toda la casa. Pero esta vez me equivocaba, aquel día su mirada desafiante de felino se fijaba con la mía, me observaba, como si de alguna forma que los humanos no entendemos pudiera leerme la mente y de nuevo, empecé a notar ese calambre que me volvía a llevar a ese mundo que tantas ganas tenía de conocer, pero cuando ya estaba empezando a dar forma a esa pequeña idea, que cada vez se hacía más grande en mi cabeza, el estómago empezó a reclamar mi atención ya que eran las 15:30 h y aún no había empezado a preparar la comida.
A la caída de la tarde me senté en el sofá a mirar mi nueva adquisición, unas magníficos botines peep toe al tobillo de tiras en color crema, perfectos para celebrar al día siguiente el cumpleaños del novio de mi madre.
Mientras comía unas onzas de chocolate y miraba mis compras bastante satisfecha empecé a sentir esa sensación que ya empezaba a resultarme faniliar, pero esta vez era mucho más real, distinguía matices, entre ellos había entusiasmo, nervios, ilusión..... Llena de intriga en un impulso salté del sofá; cogí el portátil y no lo pensé más; cree este rinconcito y decidí estrenar mis nuevos taconcitos; caminando por este nuevo asfalto; de esta civilización, tan desconocida para mí.
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